Su vida estuvo llena de dificultades. Una de ellas fue no poder acudir a una escuela normal pese a no tener discapacidades mentales, pero Nick fue uno de los primeros estudiantes discapacitados en migrar a una escuela normal. Aprendió a escribir usando los dos dedos en su “pie” izquierdo, y utiliza un aparato que se introduce en su dedo más grande para sostener cosas. Aprendió a usar la computadora y a teclear con el método “heel and toe” (demostrado en sus charlas). También puede lanzar bolas de tenis y contestar el teléfono.
Sufrió acoso en el colegio, y con ocho años, comenzó a plantearse el suicidio. Después de rogar por unos brazos y unas piernas, Nick comenzó a observar que sus logros eran la inspiración de muchos, y comenzó a agradecer que estaba vivo. Con diecisiete años comenzó a dar charlas a su grupo de oración y comenzó una organización sin ánimo de lucro.

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